Los implantes dentales son posiblemente la mejor solución a la pérdida de dientes naturales. Suplantan a las raíces de los dientes ausentes y son la manera más natural, fiable, cómoda y estética de volver a disfrutar de prótesis fijas, siendo prácticamente igual a los propios dientes.
Uno de los mayores retos es conseguir la larga duración de los implantes en la boca de los pacientes por lo que, una vez terminado el tratamiento de implantes y prótesis dentales, el paciente debe ser consciente de la necesidad de seguir un programa de mantenimiento y tratamiento para lograr la máxima duración de la rehabilitación dental. El programa tiene como pilar básico concertar una cita periódica (semestral, anual o según lo que aconseje el especialista) para eliminar la placa dental acumulada y para la revisión de los tejidos alrededor de los implantes y de su prótesis.
Es muy importante mantener una correcta higiene oral en el domicilio utilizando irrigadores bucales (su chorro de agua a presión facilita la limpieza a nivel subgingival), sedas y cintas dentales, cepillos interproximales, etc. La irrigación bucal ayuda enormemente a la eliminación del biofilm oral depositado por debajo de prótesis fijas (coronas, puentes) y alrededor de los implantes, donde el biofilm puede adherirse fácilmente. La indicación de enjuagues bucales con clorhexidina a diferentes concentraciones varía en cada paciente dependiendo de su sensibilidad y hábitos. Es importante la utilización de antisépticos ya que pueden inhibir el crecimiento del biofilm oral depositado en dientes e implantes asegurando un nivel de placa compatible con la salud.
El correcto mantenimiento profesional y en el domicilio es fundamental para la larga duración de los tratamientos con implantes. El paciente debe comprender que constantemente entran microorganismos en su boca y que deben ser eliminados diariamente ya que su acumulación causará perjuicios como la inflamación de las encías y la destrucción del hueso que soporta al implante.